Paletas de helado de chocolate y fresa

¡¡Muy buenos días a tod@s otro sábado más!! ¿Habéis visto que paletas de helado de chocolate y fresa os traigo hoy?

Espero que estéis entrando al verano estupendamente. Yo quiero haceros este calor un poquito más ameno con las sorpresas que os tengo preparadas para este Julio. Lo primero que quiero contaros hoy me hace muy feliz y tenía muchísimas ganas de contároslo. ¡Resulta que la revista Slowly Veggie (la revista vegetariana y vegana de España) ha decidido estrenar su sección de bloggers conmigo! Estoy tan agradecida y feliz que no sé ni cómo contaroslo. Además, ahí os enseño a hacer un heladito doble súper cremoso de cacao y aguacate que está para morirse. ¡La revista la podéis comprar en los kioskos desde el día de ayer! Aquí os cuento un poquito más.

Para empezar con las recetas, hoy os traigo las paletas heladas de chocolate que os prometí hace unos días vía Facebook e Instagram <3 Son unas paletitas crujientes por fuera y cremosas por dentro. El interior está relleno de una mousse de fresa crudivegana que sabéis que amo y que no es la primera vez que utilizo. Tiene un sabor naturalmente dulce y además su base es la fruta y los anacardos, por lo que tiene un montón de propiedades: proteína, potasio, fósforo, grasas esenciales y saludables y ácido fólico. Es una alternativa vegana y genial a las paletas heladas de los supermercados que vienen cargada de azúcar refinado y, en vez de fruta, saborizantes e ingredientes de origen animal.
La cubierta está hecha de una crujiente capa de chocolate suavizado con leche de almendras de Almond Breeze (¡amo esta leche vegetal!) y con frutos secos. Esto es el sueño gordivegano. ¡Créedme!

Esta no es una receta vegana que se haga en una tarde, ya que para hacerla perfecta es mejor tener paciencia. ¡El resultado es magnífico! Si queréis un helado casi inmediato os dejo esta otra receta de helado vegano de plátano y frambuesas.

Vamos a por esta receta:

Ingredientes (para 6 paletas heladas de chocolate y fresa)

350 gramos fresas (25 fresas)
2 bananas
Leche vegetal – un par de vasos, mínimo. (yo utilicé la de Almond Breeze)
150 gramos de anacardos (si son crudos, mejor)
Chocolate para fundir (unos 300 gramos)
2 cucharadas de sirope de ágave (o tu endulzante favorito)
Opcional: 1 cucharada de aceite de coco
Topping: frutos secos (yo usé almendra en cubitos, que acompaña muy bien a la leche de Almond Breeze), coco rallado.

*Necesitaremos un procesador de alimentos tipo licuadora, moldes para paletas y si tienes papel de horno, mejor que mejor (sí, papel de horno, más abajo te cuento)

Te recomiendo que los moldes los compres de silicona, porque si los compras de plástico duro como yo te las verás horrible para poder desmoldar. Los moldes siempre vienen con sus propios palitos, pero a mi me gustan más los de madera. Si quieres unos de madera como en la foto, los encontrarás en cualquier tienda tipo bazar, manualidades o scrapbooking.

Método

Lo primero que tienes que saber es que vamos a tener que congelar por una noche entera (u 8 horas) las 2 bananas cortadas a rodajas y las 25 fresas. También, dejaremos en remojo los anacardos por esas mismo tiempo.

Empezaremos fundiendo nuestro chocolate. Cuando ya esté fundido, lo reservamos a temperatura ambiente, de esta manera cuando lo añadamos a nuestro helado, estará templado y cremoso. Si estuviese demasiado caliente, se fundiría al momento.
Yo te recomiendo que suavices su sabor con 1 vasito o 2 de leche vegetal, porque así queda más cremosito y no se endurece tanto, además de que queda con un sabor más suave. A mi personalmente no me gusta nada el chocolate muy negro o amargo.
Ahora retiramos nuestras frutitas del congelador y colamos el agua de nuestros anacardos.
Seguidamente vamos a meter en la licuadora las fresas, las bananas, los anacardos, un vasito de leche vegetal y un par de cucharadas de sirope de ágave (o de tu endulzante). Si tienes aceite de coco, es el momento de añadirle una cucharadita también.
Trituramos todo hasta que quede con la consistencia de una mousse o una crema fría.
Cogemos nuestros moldes y los rellenamos de la cremita de fresa. Hundimos los palitos hasta la mitad y los metemos en el congelador por 8 horas.
Yo te animo a que pruebes con una cucharita esa mousse, porque es una absoluta delicia. De hecho, podrías comerte las paletas heladas con solo esa mousse de fresa.
Pasadas las 8 horas, vamos a retirar las paletas de nuestros moldes.
Ahora, cogemos nuestro chocolate fundido ya templado y volcamos un poquito en nuestro molde.
Si tu chocolate se ha endurecido un poco durante el tiempo de espera, fúndelo de nuevo y antes de añadirlo déjalo templar.
Si tu molde es rígido y vertical como el mío, llena un poquito el molde e introduce la paleta dentro. Al introducirla, el chocolate subirá por todo el molde e impregnará todos los costados. Si es horizontal y de silicona, simplemente baña la paleta en chocolate y cierra el molde.
Congelamos por una noche más.
Retiramos del congelador, sacamos del molde y hundimos el topping por toda la superficie de chocolate. Luego, los dejamos reposar las paletas en papel de horno (es la única superficie que no se pegará a tu helado) y lo congelamos por unas horitas más.
Finalmente, lo sacamos del congelador y ¡listo! Ya tienes unas paletas de helado crujientes por fuera y cremositas por dentro.