¡¡Muy buenos días a tod@s otro sábado más!! ¿Como os ha ido la semana?
Espero que no me echéis la bronca, pero este sábado vuelvo con otro trocito delicioso y dulce crudivegano :-) . Sé que me estoy pasando con el tema de los dulces pero…Es que esta temporada, ahora que empieza el calor, el sol, las visitas a la playa… vivo antojada de cosas dulces y frías. Además, en el fondo también sé que celebráis el gordiveganismo cada vez que veis un pastel crudivegano de estas dimensiones :-p
El caso es que este es mi segundo pastel crudivegano y estoy bien feliz y enamorada. Yo sé que siempre me harto de repetiros lo mismo, pero creedme, es súper fácil de hacer. Lo mejor de este tipo de tartas es que con mezclar, triturar, volcar y congelar te sale una obra de arte maravillosa, saludable y vegana.
¡Y sí! Es un pastel de queso saludable. Esto lo digo básicamente porque está libre de azúcar refinado y harinas de todo tipo (blancas, integrales…) y no contiene gluten, así que es apta para celíacos e intolerantes a la lactosa. Es básicamente fruta, frutos secos y aceite vegetal. Lo mejor es que están muy presentes los arándanos, que tienen muchísimas propiedades. Una de las cosas más sorprendentes es que ayudan a prevenir las infecciones de orina y problemas de riñón (piedras). Incluso se ha llegado a hablar de estudios que dicen que consumir arándanos nos ayuda a prevenir enfermedades como la demencia senil (ya que mejora nuestras capacidades cognitivas) ¡Wow!
Pero volviendo a la tarta, y para que os hagáis una idea, la textura es la de una cremosa tarta helada, crujiente por abajo, suave por el centro y con la increíble explosión de sabor de los arándanos por encima. Es algo impresionante y delicioso. Pero como siempre me gusta daros alternativas para todo – y como los arándanos son bastante caros – podéis sustituirlos por fresas.
Por otra parte, sé que hay a much@s de vosotr@s que no os hace mucha gracia el sirope de ágave (porque no os gusta o porque no podéis encontrarlo), así que como siempre me preguntáis, aprovecho y os lo dejo por aquí escrito: el sirope de ágave lo que da es consistencia y dulzor a la receta. Esto se puede conseguir con casi cualquier otro sirope o miel de origen vegetal, así que si preferís sirope de savia u alguna otra alternativa podéis probar, creo que os puede servir igual. Eso sí, si no es tan dulce como el de ágave, quizá tengáis que añadir más cantidad.
Ingredientes (Para seis raciones de cheesecake crudivegano)
*Antes de empezar tienes que saber que necesitas remojar durante una noche entera los anacardos y congelar 200 gramos de arándanos (blueberries).
Para la base de la tarta:
- 10 dátiles sin hueso
- 120 gramos de avellanas
- 2 cucharadas soperas de sirope de ágave (el sirope de ágave lo puedes encontrar en tiendas ecológicas, veganas y algún supermercado como los supermercados Aldi)
Para la crema dulce y vegana de queso:
- 130 gramos de anacardos (remojados durante una noche)
- 125 gramos de tofu (lo puedes encontrar en tiendas asiáticas y supermercados comunes. La idea es que se utilice uno de consistencia blanda, yo utilicé el de la marca Frias, de venta en Mercadona)
- Queso de soja (yo utilicé un puñado de queso mozarella rallado, porque era de sabor fuerte. Pero puedes añadirle dos o tres puñados si el sabor de tu queso es suave. Lo puedes encontrar en tiendas veganas y algunas ecológicas)
- Zumo de un limón
- Ralladura de un limón (opcional)
- 2 o 3 cucharadas soperas de aceite de coco (lo encontrarás en tiendas ecológicas y veganas)
- 3 cucharadas soperas de sirope de ágave
- 1/4 de taza de leche vegetal
Para la crema superior de arándanos:
- 70 gramos de anacardos (recuerda, remojados durante una noche)
- 2 cucharadas soperas de coco
- 125 gramos de arándanos (congelados durante toda la noche)
- 3 cucharadas soperas de sirope de ágave
- 1/4 de taza de leche vegetal
Topping (opcional – para decorar la superficie):
- 125 gramos de arándanos frescos
- Un poco de coco rallado
*Necesitaremos una licuadora potente y un molde redondo, el mio es de unos 20 o 25 cm.
Método
- Unas 8 horas antes de comenzar nuestro pastel, pondremos a remojar en un bol con agua todos nuestros anacardos. En otro bol, meteremos 125 gramos de arándanos y los congelaremos.
- Al día siguiente empezaremos triturando las avellanas y los dátiles. Luego, lo volcamos en un recipiente y le añadimos las dos cucharadas de sirope de ágave. Mezclamos muy bien y lo ponemos en la base de nuestro molde.
Si tu trituradora no es muy potente, quizá sea mejor que lo tritures por separado. Si cuando colocas la galleta de avellanas en la base se te queda muy pegado a la cuchara, puedes humectarla con un poco de agua y verás que lo podrás aplicar mejor. - Metemos en el congelador nuestro molde con la galleta, y vamos a por la crema de queso dulce.
- Ahora nos toca triturar en la licuadora todos los ingredientes de nuestra crema vegana de queso que os indico arriba (anacardos, tofu, queso de soja, zumo de limón y ralladura (si quieres) aceite de coco, sirope de ágave y leche vegetal). Tiene que quedar una crema blanca y espesa, cremosa y homogénea.
- Seguidamente, sacamos nuestro molde del congelador y volcamos la crema por encima. Lo esparciremos de manera uniforme cubriendo toda la galleta.
- Antes de continuar, volvemos a meter nuestro molde en el congelador para que vaya cogiendo espesor.
- Ahora vamos a por la cremita superior de arándanos. Para ello, trituraremos los arándanos congelados, los 70 gramos de anacardos remojados, las 2 cucharadas de aceite de coco, las 3 cucharadas de sirope de ágave y el 1/4 de taza de leche vegetal. Ha de quedar homogéneo.
- A continuación, retiramos nuestro molde del congelador y volcamos la última crema. Para decorar, añadimos los arándanos frescos por toda la superficie y volvemos a congelar.
- Lo ideal es dejarlo 1 hora de congelador, o al menos, como mínimo 40 minutos. De esta manera, nuestra tarta quedará bien consistente y fresquita.
- Cuando la retiremos del congelador la desmoldamos con cuidado y podemos añadirle el poquito de coco rallado por encima ¡Y listo!
Ya podéis dejar caer vuestra cabeza dentro del pastel y comerlo mientras lucháis por no ahogaros entre arándanos. ¡PORQUE OS JURO QUE OS ENCANTARÁ!
Y como siempre, lo que más me encanta a mi es ver vuestras foto-recetas por mi página de Facebook e Instagram :-)
¡Hasta el próximo sábado amores! Nos vemos estos días por las redes.
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