¡Hola, hola y hola! ¿Qué pasa? ¿Cómo estáis hoy? Espero que genial, porque mirad que albóndigas vegetales os traigo. Pues sí, aquí están las famosas albóndigas veganas que habéis estado viendo estos días por Facebook e Instagram. Son una delicia a base de soja texturizada, tomate y hortalizas varias. Si os cuento la verdad, esta es la versión vegana de las albóndigas tradicionales de mi madre que, por supuesto, hemos decidido veganizar. A mi nunca me han gustado las albóndigas, nunca hasta que fui vegana y descubrí una gran variedad de opciones deliciosas.
Esta es la primera vez que las hago por mi cuenta y…¡Oye! Que va a ser mi plato estrella cuando tenga invitados a comer, os lo prometo. Puede parecer muy largo y laborioso, pero no lo es. Ya lo verás…¡Vamos a por la receta!.
Ingredientes (para 15 albóndigas vegetales medianas)
Para las albóndigas veganas
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla grande
- 1 zanahoria rallada
- una ramita de perejil picado (2 gramos)
- 80 gramos de tofu
- 90 gramos de champiñones (2 puñados aprox.)
- 430 ml de tomate frito (1 taza aprox.)
- 80 gramos de soja texturizada fina (la más pequeñita) (1 taza aprox.)
- Orégano
- Pimienta negra
- Media tacita de harina de trigo (puedes sustituirla por cualquier harina sin gluten)
- Aceite de oliva
- Herbamare o sal.
Para la salsa
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla mediana
- 1 zanahoria
- 1 puñado de champiñones
- 115 ml de vino blanco (1/3 de vaso, aprox.) Ojo, que sea vegano, aquí te dejo una lista de marcas comunes y veganas
- 190 ml de agua, preferiblemente caliente.
- Orégano
- Una ramita de perejil (2 gramos aprox.)
- 1 chorrito de tomate frito
- Aceite de oliva
- Herbamare o sal
Necesitaremos un procesador de alimentos como una batidora.
Preparación
- Empezaremos poniendo a fuego medio una sartén de tamaño grande con un chorrito de aceite de oliva. Picamos en trozos muy pequeños el diente de ajo y la cebolla y lo doramos ligeramente. Cuando empiecen a coger color, añadimos los champiñones y el tofu también muy bien picados, junto con la zanahoria rallada.
- Sofríelo durante unos minutos hasta que notes que esté casi dorado del todo. En ese momento, volcamos el tomate, removemos bien y seguidamente añadimos la soja texturizada. Mezclamos bien todos los ingredientes hasta que la soja texturizada esté hidratada gracias al tomate. Si ves que está un poco seco, añade más salsa de tomate.
- Removemos bien mientras le añadimos pimienta negra, herbamare (o sal) y albahaca al gusto.
Yo le añadí abundantemente porque me encanta el sabor de estas especias. - Cuando ya esté listo, apagamos el fuego y dejamos templar.
- Ahora, colocamos en un plato plano la harina de trigo (o en su defecto, tu harina sin gluten).
- Con la ayuda de nuestras manos vamos haciendo bolitas del tamaño que deseemos. Hay que apretar un poquitín (solo un poquitín) para que queden bien prietas y no se te deshagan.
- Luego, cuando ya tengamos todas las albóndigas hechas, las cogemos con una mano y con la otra les espolvoreamos un poquito de harina por todos los lados, haciéndolas rodar entre nuestras manos después de espolvorearlas bien. Tiene que quedar una finita capa de harina por el alrededor, dejando el exterior ligeramente seco y fácil de manejar.
También las puedes hacer rodar por encima del plato, pero la idea es llevarse la harina justa para que sea más saludable y, a la vez, no se nos deshagan en la sartén. - Repetimos el paso anterior hasta acabar con todas las albóndigas. Ahora, si tienes tiempo de sobra puedes meterlas a congelar y así luego serán muy fáciles de freír. Si no, no pasa nada, yo las hice directamente.
- En una sartén a fuego medio-alto calentamos bien un chorro largo de aceite. Yo utilicé una base de aceite con un centímetro de alto.
Yo te recomiendo que uses una sartén mediana-pequeña para que no utilices demasiado aceite. También puedes utilizar una freidora y acabarás mucho más rápido. Pero la idea es que sean lo más saludables y ligeras posibles. - Las vamos haciendo rodar por toda la sartén hasta que se nos doren muy bien por todos lados. Las retiramos y listo.
- Ahora vamos a por la salsa. Esto es de lo más sencillo: en una sartén más o menos pequeña sofreímos el ajo, la cebolla, los champiñones y la zanahoria, todo en rodajas.
- Cuando empiecen a coger color, añadimos el vino blanco y el agua, el perejil, el herbamare (o sal) y el orégano. Lo dejamos a fuego medio-bajo tapado con una tapita para sartenes (si tienes).
- Cuando esté todo bien doradito, apagamos el fuego y lo dejamos templar unos minutos. Luego, lo volcamos en un recipiente profundo y lo trituramos muy bien con nuestra batidora de mano. Seguidamente, le añadimos un chorrito largo de tomate frito y volvemos a triturar.
- Sírvela caliente en un bonito plato, echándola por encima de las albóndigas.
- ¡Ya tenemos nuestras albóndigas vegetales!
¿Quieres saber con qué acompañar tus albóndigas vegetales?
Yo te recomiendo un plato de arroz (que bañamos con salsa) acompañado de una buena ensalada de espinacas. También puedes utilizar como acompañante unas patatas cocidas o, si prefieres, fritas. ¡Un día es un día!
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