Estamos más que acostumbrados a ver campañas publicitarias donde las vacas y terneros pastan al aire libre, en enormes campos verdes, acompañados de sus amigos, familiares y un amable ganadero que les acaricia el lomo mientras un niño pequeño bebe un vaso de leche que le deja un «bigotillo» blanco. Pero la verdad es que la indústria láctea es probablemente una de las más crueles que existan a día de hoy y está muy lejos de aquella escena.
Que las vacas no mueren para dar leche es una creencia bastante generalizada, y es bastante normal dada la información que nos llega. «¿Por qué iban a matar a un animal si sólo necesitan ordeñarlo?». El problema surge porque las vacas en la ganadería no son consideradas seres vivos, en realidad son materias primas que generan ingresos o pérdidas económicas, por tanto nadie las defiende ante el maltrato y el asesinato, pues al ser animales de granja no poseen derecho a no ser asesinada ante la ley.
El resultado de esta desprotección legal es el proceso mecanizado y terrorífico por el que pasa una vaca considerada «lechera». Para esta industria, las vacas no son seres sintientes, son solo proveedoras de tres elementos: más leche, más carne (y piel) y más vacas, que a la vez serán fuente de esas tres fuentes de dinero. Una cadena que nos permitiría repetir este proceso hasta la infinidad, generandonos dinero. Pero… ¿Es verdad aquello de que la vaca es «lechera»? ¿Y qué pasa si la vaca tiene un ternero macho? A partir de aquí, entenderéis cual es la estructura de la industria de los lácteos y os daréis cuenta de por qué no querréis volver a consumir lácteos nunca más.
Puedes ver la infografía más grande y descargarla clicando aquí.
No es ilegal asesinar, cuando es a un animal de granja.
De hecho es siempre el final del proceso de explotación lechera. Si hablamos de perros, gatos o animales considerados «domésticos» probablemente el caso de maltrato se haría viral, saldría en las televisiones y la mayor parte de la gente se opondría, como es normal. Probablemente este hecho sería penado con una pequeña pena de cárcel o quizá una multa. Algo lamentable e insuficiente, desde luego. Pero en el caso de los animales «de granja» los casos de maltrato no salen a la luz. Se esconden bajo las paredes de las granjas y los mataderos. Y cuando de manera excepcional salen vídeos del maltrato y asesinato que sufren, las pruebas no trascienden a los noticieros porque la explotación de estos animales «es normal». Es una realidad incómoda que nadie quiere ver.
Como quiero mostrar vídeos explícitos de golpe, os dejo aquí el link a una noticia de Europa Press sobre la denuncia de Igualdad Animal por el maltrato de las vacas de una granja, donde se evidencia cómo torturan a las vacas y a sus terneros. Contiene imágenes duras.
Cómo funciona la indústria láctea: La gran mentira de la «vaca lechera».
Recordando la información de arriba, las vacas y sus terneros son fuentes de ingresos o pérdidas para la empresa, y eso es algo que ningún negocio va a permitir. Este concepto tan simple es lo que resume la estructura tan desgarradora que construye la industria de los lácteos y carne de ternero. Empezando por las vacas, tenemos que entender que ellas, al igual que las mujeres humanas y los demás mamíferos, no dan leche de manera predeterminada. Para ello necesitan estar embarazadas primeramente. Por eso es que el concepto «vaca lechera» que nos hace creer que la vaca es una fuente inacabable de lácteos es totalmente falso.
«El resultado de esta desprotección legal es el proceso mecanizado y terrorífico por el que pasa una vaca considerada «lechera». Para esta industria, las vacas no son seres sintientes, son solo proveedoras de tres elementos: más leche, más carne (y piel) y más vacas.»
1. Violar, embarazar y separar de los hijos. Así es la vida de una vaca lechera.
Efectivamente, una de las prácticas que se llevan a cabo es la violación de las madres vacas. Para ello se suelen utilizar herramientas de inseminación artificial que son introducidas a la fuerza. Cuando finalmente la vaca se queda embarazada empieza realmente el ciclo de tortura. Un ciclo que se repite cada año durante 4 años, ya que la cantidad de leche que produce la vaca va disminuyendo poco a poco.
Poco tiempo después de dar a luz, el bebé será separado para que no beba la leche de su madre y la vaca será ordeñada varias veces al día mediante procesos mecanizados que probablemente generarán heridas / infecciones en sus ubres. Las infecciones serán controladas (o no) mediante los antibióticos que se les suministra.
Las vacas son seres familiares, cariñosos y con una gran variedad de personalidades. Establecen vínculos afectivos con sus amigos y familiares. Se relacionan con ellos, se comunican e incluso los lamen para demostrar amor, por ello la separación de la madre y su hijo es un proceso muy duro y traumático para la vaca, igual que lo sería para una madre humana. Las vacas se pasan semanas llamando a sus hijos, y los hijos a ellas.
Os quiero mostrar dos vídeos realmente emotivos que los chicos del Santuario Gaia compartieron. Ellos rescataron a Isaac de ir al matadero, y durante los primeros días el ternero no dejaba de llorar llamando a su madre. Ellos lo consolaron, mimaron y acompañaron hasta el día en que por fin consiguieron reunirlo con su madre.
Un Ternero llora porque lo separan de su madre.
El reencuentro de un Ternero y su madre.
2. Al matadero, antes o después.
Nada más determinarse el sexo del bebé se le impone un futuro, que sea como sea acaba en asesinato. Si nace un ternero macho, se encerrará en jaulas independientes o se atará en recintos oscuros, donde la movilidad sea reducida. Será alimentado con leche desprovista de hierro y se le mantendrá atado y encerrado durante sus primeros 4-12 meses de vida, para conseguir que sus carne consiga un color y textura determinados. Después se les llevará al matadero, ya que como la inseminación de la vaca se hace de manera artificial, ya no necesitan al macho para nada.
En caso de que la ternera sea hembra se mantendrá en las instalaciones hasta que pasados los 12 meses pueda ser embarazada y pertenecer al ciclo que su madre ya sufrió y que, lamentablemente, sufrirán sus hijas si no cambiamos la situación.
¿Qué puedo hacer yo para evitar el maltrato de las vacas?
Sin duda nuestra acción empieza en la cesta de la compra. Rehusar de comprar productos derivados de los lácteos tendrá un gran impacto sobre la industria, ya que cuando la demanda baje, también lo hará la producción y a consecuencia de ello lo hará el maltrato. Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de lácteos no sólo hablamos del vaso de leche, sino también del queso, los yogures y otros alimentos procesados o que contienen lácteos o derivados (lactosa, leche en polvo, suero lácteo, mantequilla,…). Estos ingredientes de origen animal se encuentran en una gran parte de los alimentos que estamos acostumbrados a ver en supermercados y que parte de la sociedad incluye en su dieta: bollería, cereales, panes, cremas, chocolates, postres, zumos,…
Por suerte, actualmente existen una gran cantidad de alternativas a la leche, a los quesos, a los yogures y a todos los demás productos. En los supermercados cada vez están más presentes las leches vegetales en su amplia gama de variedades: soja, avena, avellanas, almendras, coco… con chocolate, con vainilla… De todos los precios, sabores, texturas y densidades. Incluso las marcas más importantes en la industria láctea están lanzando alternativas vegetales al ver la aceptación que están teniendo. Existe una leche vegetal para cada gusto y necesidad alimenticia. Además, al ser derivadas de frutos secos o legumbres, son fuentes de proteína vegetal. Muchas de ellas están enriquecidas con calcio, vitamina b12 y vitamina D. También existen los quesos de soja y de coco, los yogures de soja, los chocolates, panes y bollos sin leche.
Sólo se necesita leer las etiquetas.
Lo único que se necesita al principio es un poco de paciencia a la hora de examinar las etiquetas, pero pasadas unas semanas ya se conocen los alimentos que contienen y que no. Se desarrolla la nueva lista de «favoritos» y se abre un mundo nuevo de posibilidades y sabores. Con esta simple decisión se puede cambiar la vida de miles de animales. ¡Está en tu mano!
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