Croquetas veganas de champiñones y berenjena

Paso a paso

1. Picamos finamente la cebolla, la berenjena y los champiñones.
2. Engrasamos una olla con un chorrito de aceite de oliva, calentamos y salteamos la cebolla. Cuando la cebolla esté ligeramente dorada, añadimos la berenjena y los champiñones.
3. Dejamos saltear por unos minutos hasta dorar, y añadimos una pizca de sal. Yo elegí una sal de setas y ajo.
   

   Cortamos los champiñones, la cebolla y la berenjena y los salteamos.

4. Cuando los vegetales estén dorados, añadimos una taza de leche de soja y removemos.
5. Seguidamente añadimos dos cucharadas soperas de harina (de trigo, espelta...) y mantenemos a fuego medio, sin dejar de remover, hasta que la crema espese.
6. Cuando espese, apagamos fuego y volcamos la masa sobre una bandeja plana y dejamos templar.
7. Con la masa ya templada, la tapamos con un trapo y la metemos en la nevera. Yo prefiero dejarla una noche de reposo, pero si no, podéis dejarla al menos 2 horitas para que espese. Si no, os será más difícil darle la forma.
   

   Dejamos reposar la masa en la nevera y después damos forma y rebozamos.

8. Cuando ya haya pasado el tiempo de reposo, recuperamos la masa y la dejamos recuperar temperatura mientras preparamos un plato con abundante pan rallado al que le añadiremos una pizca de ajo, sal y perejil.
9. Mezclamos el pan rallado.
10. Cogemos dos cucharadas soperas y, con una de ellas, cogemos una porción de masa de tamaño moderado. Después, la vamos pasando de una cuchara a otra, presionando la masa, hasta que consigamos darle una forma cilíndrica y algo más apretada.
11. La volcamos encima del pan rallado y la rebozamos.
12. Seguidamente, la cogemos con las manos y la presionamos ligeramente para darle esa forma cilíndrica. No te preocupes si al principio te cuesta darle bien la forma, es normal.
13. Recomendado: Cuando ya estén hechas, las colocamos sobre un plato limpio y las introducimos en el congelador por 20 o 30 minutos. Así la croqueta cogerá cuerpo y fuerza y no se deshará en la sartén. La forma queda perfecta hasta para los más pricipiantes. Las retiramos y justo después las freímos, sin dejarlas reposar.
14. Finalmente, ponemos aceite de girasol en la base de una sartén pequeña. Yo solo pongo 1/2 dedo de alto de aceite, porque no es necesario más.
15. Encendemos el fuego a potencia media y dejamos calentar el aceite. Cuando lo notemos caliente, colocamos las croquetas en el aceite y las doramos por debajo. Se dorarán muy rápido, así que les damos la vuelta en seguida para dorarlas por todos los costados.
16. Aunque no deberían haber absorbido mucho aceite (la idea de tenerlas poco tiempo en la sartén es esa) las servimos dejándolas reposar unos segundos para que expulsen el aceite, si lo hubiera.
17. ¡Y listo! Recuerda servirlas calientes.
    

    Rebozamos, reposamos las croquetas en el congelador y freímos.